
Además de las medidas anticrisis puestas en marcha por el Ejecutivo para atemperar las consecuencias de la fuerte desaceleración económica y de las iniciativas desplegadas a nivel gubernamental -a través del ICEX- y diplomático en los mercados exteriores para potenciar la marca 'España', el Gobierno considera que no hay nada más efectivo que implicar a los primeros espadas del empresariado español en defensa de la buena imagen del país en el extranjero.
Para el Gobierno, nadie mejor que el Santander, segundo banco de Europa por capitalización y tercero del mundo occidental, y que Telefónica, la cuarta operadora del mundo por valor bursátil, ambos con fuerte presencia exterior --incluidos países de influencia anglosajona--, para poner de manifiesto la solvencia de la economía y de las empresas españolas.
A favor de la iniciativa juega la afinidad personal que el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene con los presidentes de Santander, Emilio Botín, y de Telefónica, César Alierta. Ambos se han mostrado receptivos a la propuesta y partidarios de ejercer como portaestandartes de la buena imagen del país y de su política económica, que ha contribuido en cierta medida a colocarlos en lo más alto del podium del empresariado mundial.
En una segunda línea estarían otras multinacionales españolas también con fuerte y creciente presencia internacional, como BBVA, Repsol, Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Inditex o Ferrovial, ejemplos también de la pujanza de las empresas españolas en los mercados exteriores.
Las empresas están de acuerdo con la iniciativa porque, entre otras cosas, ellas sufren directamente el descrédito que algunos líderes de opinión pública mundial están sembrando sobre la imagen de España y la situación de su sistema financiero y sus empresas, poniendo en entredicho el modelo económico y los progresos logrados hasta la fecha y certificando el fin del llamado 'milagro económico español'.
En el Gobierno se tiene la convicción de que, dado que la situación económica real de España es mejor de lo que se cree en el exterior y de lo que publican algunos de los principales medios financieros internacionales, es preciso llevar a cabo una campaña que contribuya a transmitir la verdadera imagen del país y su potencial de crecimiento futuro.
El Ejecutivo considera que a este objetivo no ha ayudado nada los análisis y las críticas vertidas por algunos medios de prestigio internacional, que se han cebado especialmente con la situación española, haciendo hincapié en el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y en el deterioro de todos los indicadores, en especial el empleo, cuando hace unos años alababan el modelo de crecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario